La determinación se tomó a último momento, poco antes de que comenzara el evento en el Coliseo de Roma, al parecer el Papa tenía toda la disposición, sin embargo y al pensar en el resto de actividades que aún faltan por atenderse y en las cuales los fieles esperan verle decidió hacer el Vía Crucis con el seguimiento médico que le permita cuidar de su salud y estar en mejores condiciones este sábado para llevar a cabo la Vigilia Pascual.
De hecho, el Vaticano confirmó esta mañana que el obispo de Roma sí estará en el servicio vespertino en la Basílica de San Pedro, y es el único compromiso público del Papa para esta parte de las celebraciones de la Semana Mayor.
Para mañana domingo se tiene anotado en agenda pública la presencia del Papa Francisco durante La Pascua, el domingo de Resurrección, con una misa y el esperado mensaje bianual “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central de la Plaza de San Pedro.
Las condiciones de salud para el Papa de origen argentino se han convertido en una permanente tarea para el cuerpo vaticano, ya que recientemente ha lidiado con afecciones respiratorias como gripe y bronquitis, que le han obligado a usar silla de ruedas e incluso suspender en varias ocasiones sus apariciones en público.
