Envuelto en un escándalo de presunta corrupción que involucra a su esposa, Begoña Gómez, y tras cinco días de reflexión, el presidente español Pedro Sánchez emitió su determinación en un esperado discurso de cobertura mundial, en donde aclaró que no dejará el mandato “…he decidido seguir, con más fuerza si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España” señaló desde el Palacio de la Moncloa.
Se trató de un mensaje de alto suspenso, ya que las tendencias apuntaban con mayor fuerza a una dimisión, las teorías que se alimentaban por las primeras declaraciones de Sánchez y tras una semana de tensiones y todo tipo de especulaciones,las que se vieron intensificadas por una concentración de apoyo organizada por miembros y dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Pedro Sánchez agradeció los mensajes de apoyo del pueblo español como de las fuerzas y perfiles políticos que se alinearon de su lado en lo público y en lo privado. “Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará, llevamos 10 años sufriéndola…podemos con ella” sentenció.
El escándalo que casi lleva a la dimisión a Sánchez comenzó con la denuncia presentada por Miguel Bernad, un hombre alineado con la extrema derecha del país a través de la Organización no Gubernamental “Manos Limpias”, quien señaló a Begoña Gómez por presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias: “prevaliéndose de su relación con el presidente del gobierno, habría recomendado o avalado por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentan a licitaciones públicas” señala la denuncia que de inmediato levantó ámpula en la casa presidencial.
Sin embargo la “Manos Limpias” aceptó que las acusaciones “podrían ser incorrectas” ya que se basaban en artículos de periódicos en línea, y de un reporte que ya fue comprobado por su falsedad. Ante ello, el jueves, la fiscalía de Madrid pidió que se archivara la investigación por falta de pruebas.
