Crisis Humanitaria en Líbano: Testimonios de Devastación y Llamado a la Acción
Líbano enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, marcada por un conflicto armado que se ha intensificado en las últimas tres semanas. Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto de UNICEF, y Carl Skau, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), han expresado su profunda preocupación por la devastación que han presenciado en el país, donde la situación ha alcanzado niveles catastróficos.
En una reciente visita de tres días a Líbano, ambos líderes humanitarios reportaron un panorama alarmante, caracterizado por el miedo y la incertidumbre que viven los ciudadanos. “La guerra que el mundo intentaba evitar ha estallado, y ya ha provocado una catástrofe en el país”, afirmaron en un comunicado. Durante su recorrido, visitaron varios refugios y asentamientos informales, donde cada persona tiene una historia desgarradora de desplazamiento forzado. Además, observaron la situación en el puesto fronterizo de Masnaa, un punto crítico entre Líbano y Siria, donde cientos de miles de personas han cruzado hacia Siria, complicando aún más los esfuerzos humanitarios.
Según datos del Gobierno libanés, aproximadamente 1.2 millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares, de las cuales más de 400,000 han buscado refugio en Siria. La mayoría de estos desplazados son sirios que previamente habían huido de la guerra en su propio país. Las condiciones en las que viven estas familias son extremadamente peligrosas, y los efectos psicológicos del conflicto son devastadores, especialmente entre los niños y jóvenes. Muchos han sido testigos de bombardeos, han perdido seres queridos y enfrentan un futuro incierto, sumidos en una pobreza creciente.
A pesar de la adversidad, se ha observado una notable solidaridad entre las comunidades libanesas, que se han apoyado mutuamente en estos tiempos críticos. Sin embargo, la magnitud de las necesidades humanitarias y las vulnerabilidades existentes amenazan el tejido social del país. Chaiban y Skau enfatizaron la necesidad de ser sensibles a las preocupaciones de las comunidades afectadas y vulnerables.
Ambos líderes también hicieron un llamado urgente al respeto del derecho internacional humanitario, instando a todas las partes a priorizar la protección de la población civil y las infraestructuras críticas, incluidas escuelas y hospitales. Además, subrayaron la importancia de asegurar un paso seguro para los civiles que intentan escapar de las zonas de conflicto.
Finalmente, pidieron un alto el fuego inmediato para prevenir un deterioro aún mayor de la situación. Desde el inicio del conflicto, más de 2,300 personas han perdido la vida en Líbano, con alrededor de 1,500 muertes recientes atribuibles a los bombardeos israelíes. La comunidad internacional debe actuar con rapidez y determinación para abordar esta crisis humanitaria.

