Este domingo El Salvador acude a las urnas para unas elecciones presidenciales diferentes, ya que se presenta el actual mandatario de 42 años de edad, Nayib Bukele, para la reelección, lo que ha logrado no sin dejar tras de sí una serie de polémicas por las interpretaciones constitucionales que, ha decir de los detractores pasaron por alto artículos clave y le allanaron el camino, por primera vez a un presidente, para la reelección inmediata.
Esto se suma a su alto nivel de popularidad y a una consecución de trabajos por la seguridad nacional que no solo ha disminuido a mínimos históricos el robo común, el tráfico de drogas y los asesinatos a nivel de calle, aunque esto mismo le ha valido la consigna de algunos países y organismos internacionales que critican el método usado para ello; la detección directa de todo que presunto integrante de Maras (pandillas).
Las encuestas colocan con muy buen perfil a Bukele, el cual en términos generales se prevé que obtenga alrededor del 80% de los votos totales de a elección convocada para este el domingo, por lo que el partido Nuevas Ideas, dominará la siguiente Asamblea Nacional con unos 57 de los 60 escaños totales.
Las previsiones adelantan que bajo este esquema los dos partidos, que hasta la llegada de Bukele dominaban el escenario político electoral; Arena y el FMLN, se disputaron el restante que significa entre cero y un escaño cada uno.
El Salvador y su electorado están bajo el escrutinio público de la región, y ante la inminente reelección de Bukele que coloca el foco de atención en el futuro inmediato y lo que vendrá entonces para un país que ya hoy, es distinto al que recibió el controvertido Presidente.
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