El senador panista por Chihuahua, Mario Vázquez, lanzó una fuerte crítica contra el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, al exigirle que abandone su cargo “por dignidad”, tras la detención de Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco durante la administración de Carlos Manuel López Adame. Vázquez no considera este caso un hecho aislado, sino parte de un patrón estructural que revela una estrecha relación entre funcionarios gubernamentales y el crimen organizado.
El legislador afirmó que lo ocurrido en Tabasco no responde a una corrupción individual, sino a un sistema institucionalizado que busca integrar a personajes con vínculos delictivos no para combatirlos, sino para controlarlos desde dentro. En este sentido, señaló que existe un modus operandi recurrente en varios estados del país, donde los titulares de las secretarías de Seguridad Pública actúan como nexos entre el poder político y las organizaciones criminales. Esta dinámica, advirtió, socava la credibilidad de las instituciones y pone en riesgo la seguridad nacional.
Vázquez hizo un llamado urgente a que se realice una investigación imparcial y sin obstáculos, especialmente por el papel que podría desempeñar el propio coordinador morenista en encubrir o minimizar los hechos. Exigió que Adán Augusto López se aparte del liderazgo parlamentario para permitir una revisión transparente, libre de presiones políticas. “No se trata de una simple deshonra personal, sino de un asunto que afecta la integridad del Senado y del Congreso de la Unión en su conjunto”, subrayó.
El caso tiene especial relevancia en Chihuahua, donde el senador alertó sobre la presencia de aliados políticos de Adán Augusto López dentro del grupo parlamentario de Morena. Señaló que estos actores buscan replicar en el estado el mismo modelo de gestión que, a su juicio, ha fracasado en Tabasco. “Los chihuahuenses no permitiremos que se imponga un esquema que normaliza la corrupción y la complicidad con el crimen”, enfatizó.
La gravedad del asunto trasciende lo político: implica un peligro real para la gobernabilidad y la seguridad pública. Vázquez insistió en que mantener a un líder bajo sospecha en un cargo de tanta responsabilidad socava la confianza ciudadana. Por ello, reiteró su exigencia de renuncia: no como una medida punitiva, sino como un acto elemental de responsabilidad ética y respeto a las instituciones democráticas.
