Petroleros Mexicanos (Pemex) se encuentra bajo una creciente presión financiera por el vencimiento inminente de una parte significativa de su deuda, que supera los 561 mil 781 millones de pesos y debe liquidarse antes de marzo de 2026. Este monto, equivalente a más del doble del presupuesto anual destinado a la pensión universal para adultos mayores, forma parte de un pasivo financiero total que alcanza los 2 billones 53 mil 452 millones de pesos, según sus últimos reportes. De esa cifra, 414 mil 813.35 millones deben cubrirse antes de que concluya 2025, lo que exige una estrategia urgente de refinanciamiento y gestión de liquidez.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno federal busca concluir una emisión de deuda a través del fideicomiso extranjero Eagle Funding, que podría inyectar entre 7 mil y 10 mil millones de dólares —aproximadamente 185 mil millones de pesos— a la petrolera. Aunque esta operación no genera deuda directa en las cuentas del gobierno, representa un riesgo contingente: si Pemex no cumple con sus obligaciones, la Secretaría de Hacienda estaría obligada a cubrir los pagos mediante la colocación de bonos en los mercados internacionales. La medida forma parte de una estrategia integral para mejorar el perfil de vencimientos, reducir costos financieros y fortalecer la estabilidad operativa de la empresa.
Pese a que Pemex ha logrado mantener un balance de endeudamiento neutro en los últimos años —e incluso ha reducido su deuda en dólares un 4.5% desde 2018—, este resultado se debe en gran medida al respaldo continuo del Estado. Entre 2018 y 2024, el gobierno transfirió alrededor de 1.2 billones de pesos mediante alivios fiscales y aportaciones directas. No obstante, este apoyo ha tenido un impacto directo en las finanzas públicas: la deuda federal pasó de 8 billones 87 mil millones de pesos en 2018 a más de 15 billones 690 mil millones en 2025, elevándose del 33.5% al 45% del PIB.
Economistas como Marco Oviedo, de XP Investments, estiman que los apoyos a Pemex representan entre 6 y 7 puntos del PIB en la última década, lo que explicaría gran parte del aumento en la deuda gubernamental. Janneth Quiroz, de Monex, señala que aún es difícil cuantificar con precisión el impacto total de estos respaldos. Autoridades reconocen que las transferencias son medidas paliativas y que, en el mediano plazo, Pemex debe generar ingresos suficientes para sostener sus obligaciones sin depender del Estado.