México se posicionó como el país que más redujo la pobreza en América Latina entre 2018 y 2023, de acuerdo con un informe reciente del Banco Mundial. Este avance ha sido atribuido a la implementación de políticas económicas y sociales centradas en el bienestar, según declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Uno de los pilares de esta transformación ha sido la política salarial que, entre otros cambios, eliminó gradualmente el esquema de subcontratación conocido como outsourcing. Esta estrategia fue clave para revertir décadas de contención salarial que marcaron el periodo neoliberal, caracterizado por una disminución en el poder adquisitivo de las familias mexicanas y un aumento en los niveles de pobreza.
Además, Sheinbaum subrayó la importancia del incremento sostenido en la inversión social. Actualmente se destinan 800 mil millones de pesos a programas sociales, y se plantea elevar esta cifra hasta alcanzar un billón de pesos. Estos fondos están dirigidos principalmente a fortalecer el mercado interno, al brindar apoyo directo a quienes más lo necesitan.
La presidenta también manifestó su desacuerdo con las estimaciones de crecimiento económico emitidas por organismos internacionales, señalando que estas no consideran adecuadamente el impacto de la inversión pública. En contraste, la Secretaría de Hacienda de México incorpora estos efectos en sus proyecciones, especialmente en sectores como la construcción.
Finalmente, Sheinbaum anticipó una reactivación notable en la industria de la construcción, impulsada por su plan de vivienda nacional. Esta medida, junto a la estabilidad macroeconómica reflejada en finanzas sanas e inflación controlada, sienta las bases para continuar fortaleciendo el crecimiento con justicia social.


