Con 182 años de tradición, la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa volvió a congregar a más de 1.2 millones de personas este Viernes Santo, convirtiéndose nuevamente en uno de los eventos religiosos y culturales más importantes de la Ciudad de México.
La puesta en escena comenzó desde temprana hora y recorrió los ocho barrios originarios de la alcaldía: San Lucas, San Pedro, San Miguel, San Pablo, San Ignacio, San José, La Asunción y Santa Bárbara. El acto principal, la crucifixión de Jesús, se llevó a cabo en el Cerro de la Estrella ante una multitud que siguió el recorrido de cerca.











Este año, el papel de Jesús fue interpretado por José Julio Olivares, estudiante del Instituto Politécnico Nacional, quien se preparó durante tres meses para encarnar al personaje. A su lado, Joaquín Rueda dio vida a Poncio Pilato, mientras que Israel Domínguez, de 50 años, representó nuevamente a Judas Iscariote.
El evento contó con la participación de más de 3,000 nazarenos, 136 actores con parlamento, 250 extras y 170 músicos. Además, más de 3,350 elementos de seguridad pública resguardaron la zona, en coordinación con brigadas médicas para atender cualquier eventualidad. Las autoridades informaron que el operativo concluyó sin incidentes.
La alcaldesa Aleida Alavez Ruiz destacó la importancia de esta celebración como un símbolo de identidad y fe para los habitantes de la demarcación y visitantes. El Viacrucis de Iztapalapa no solo refuerza el sentido comunitario, sino que también proyecta a la ciudad como un referente cultural durante Semana Santa.


