Sinaloa enfrenta una crisis de inseguridad tras seis meses de violencia
A seis meses de que estalló la crisis de violencia en Sinaloa debido a las disputas internas entre facciones del Cártel de Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya reconoció que no se ha logrado controlar la inseguridad en el estado. Aunque destacó avances significativos como la reducción de homicidios dolosos, decomisos de drogas y armas, y la destrucción de laboratorios, el mandatario admitió que persisten graves problemas de inseguridad.
El origen de esta crisis se remonta al 9 de septiembre de 2024, cuando la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y la entrega de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, a las autoridades estadounidenses desató una ola de violencia entre las facciones de Los Chapitos y La Mayiza, dos grupos del Cártel de Sinaloa.
Entre los meses de septiembre de 2024 y marzo de 2025, los números han sido alarmantes: 950 asesinatos, 1,080 secuestros, 923 detenciones, 67 abatidos y 3,472 vehículos robados, según los datos proporcionados por la Fiscalía estatal y la Secretaría de Seguridad Pública. Sin embargo, hay un rayo de esperanza, ya que la privación ilegal de la libertad muestra una disminución del 39% de denuncias entre octubre de 2024 y febrero de 2025.
El impacto de esta violencia no solo se refleja en la seguridad, sino también en la economía. Según Coparmex Sinaloa, al menos 12,000 empleos registrados ante el IMSS se han perdido debido a la «narcoinflación» y la afectación directa en sectores clave como la agricultura y la ganadería. Esta disminución de empleo refleja la crisis económica generada por la violencia y la inseguridad que azota el estado.
