El gobierno de México rechazó la imposición de aranceles del 25% al acero y aluminio por parte de Estados Unidos, prevista para el 12 de marzo. La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, señalaron que esta medida es injusta y carece de lógica, ya que Estados Unidos mantiene un superávit comercial con México en estos sectores. Argumentaron que estas tarifas afectarían la integración económica de América del Norte y la competitividad frente a otras regiones.
Ebrard anunció que buscará dialogar con Howard Lutnick y Jamieson Greer, propuestos por Donald Trump como secretario de Comercio y representante comercial, respectivamente. La intención es presentar datos que evidencien que Estados Unidos nos vende más acero y aluminio de lo que importa desde México. Además, se desmintió el supuesto incremento del 1,678% en las exportaciones mexicanas, cifra incluida en el decreto de la administración estadounidense.
En conferencia de prensa, la presidenta Sheinbaum destacó la importancia de mantener una relación comercial sólida con el país vecino y reforzar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Afirmó que la cooperación trilateral es clave para fortalecer la región y competir con mercados como el asiático. También subrayó que Estados Unidos tiene el derecho de tomar sus decisiones, pero México insistirá en demostrar los beneficios de la integración económica.
México insistirá en mecanismos de negociación dentro del T-MEC para impugnar los aranceles al acero y aluminio si se implementan. Ebrard enfatizó que esta medida no tiene sentido, ya que las cifras oficiales indican que Estados Unidos ha mantenido un superávit en el comercio de estos productos desde 2015, con 2.3 millones de toneladas en 2025.
