El Senado vivió momentos de alta tensión cuando legisladores del PAN y PRI ocuparon la tribuna al grito de “¡Morena es la dictadura!”, en rechazo a la propuesta de reforma sobre la supremacía constitucional. Pese a las críticas, el oficialismo pidió el apoyo de la oposición, asegurando que la reforma no vulnera derechos humanos ni garantías individuales.
La oposición ignoró el llamado y se mantuvo firme contra la modificación de los artículos 105 y 107 de la Constitución, los cuales harían inimpugnables ciertas reformas a la Carta Magna. Durante la sesión, marcada por pancartas y enfrentamientos verbales, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, continuó el proceso sin involucrarse en el debate, buscando agilizar el procedimiento.
La líder del PAN, Guadalupe Murguía, acusó a Morena de imponer una agenda autoritaria: “Morena busca un gobierno autoritario; Morena es la dictadura de México”, afirmó. Por su parte, Cynthia López Castro, del PRI, advirtió que esta reforma abriría la puerta a cambios drásticos en el país, incluso en temas de seguridad nacional.
El senador Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano, se unió a la protesta pacífica calificando la reforma de “atraco al país” y resaltó los riesgos para el futuro de México. En contraste, legisladores de Morena, PVEM y PT exigieron respeto a la oposición y criticaron el “circo” que consideraron una ofensa a la patria.
Con 81 votos a favor del oficialismo y 40 en contra, se alcanzó la mayoría calificada para aprobar el proyecto que reforma el artículo 107 y añade un párrafo al artículo 105, blindando estas modificaciones contra impugnaciones. Fernández Noroña, con tono irónico, agradeció a la oposición por “agilizar el debate”, antes de enviar el dictamen a la Cámara de Diputados para su continuación.