En el marco del décimo aniversario de los ataques del 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa bloquearon parcialmente la Autopista del Sol, en la entrada sur de Chilpancingo, Guerrero. Ante el temor de una posible irrupción en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), personal de la Policía del Estado y la Guardia Nacional aseguraron el recinto y desalojaron a los empleados.
Los normalistas arribaron a la capital guerrerense a bordo de cinco autobuses, mientras que en las instalaciones de la FGE se implementaron medidas de seguridad. Elementos de las fuerzas del orden se colocaron con escudos, toletes y equipo para el lanzamiento de gas lacrimógeno, además de alambres ponchallantas en las áreas de acceso, con el fin de evitar que los manifestantes utilizaran vehículos como arietes.
Sin embargo, los estudiantes no se detuvieron en la fiscalía estatal como se esperaba, y continuaron hacia el sur de Chilpancingo, donde se instalaron en las inmediaciones del Parador del Marqués. Desde ahí, realizaron un bloqueo intermitente en la autopista, entregando volantes a los automovilistas. En dichos volantes, los manifestantes explicaban las razones de su movilización, haciendo énfasis en la paralización de las investigaciones del caso Ayotzinapa y en la presunta implicación de miembros del Ejército en los hechos.
Asimismo, los estudiantes criticaron al gobierno federal, señalando que no cumplió con las expectativas generadas en 2018, cuando prometió llegar a la verdad y la justicia en el caso de los 43 normalistas desaparecidos. Por esta razón, han intensificado sus acciones de protesta en los últimos días.

