En una sesión prolongada hasta la madrugada, el Senado de la República aprobó en lo general y lo particular la reforma constitucional que impacta al Poder Judicial de la Federación. Con el respaldo del partido Morena, sus aliados, y el inesperado apoyo del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, la votación culminó con 86 votos a favor y 41 en contra, logrando la mayoría calificada necesaria.
El proceso de votación se llevó a cabo bajo un clima de tensión. Dos ausencias notables, la del senador Yunes Márquez y la de Daniel Barreda de Movimiento Ciudadano, generaron un debate extendido por más de 15 horas. La discusión se desarrolló en dos sedes debido a que trabajadores del Poder Judicial ingresaron a las instalaciones del Senado.
La oposición, integrada por PRI, PAN y MC, presentó 60 reservas en un intento por detener la reforma. Entre las propuestas se incluyeron cambios clave, como la eliminación de fideicomisos, la desaparición del Consejo de la Judicatura Federal, y la creación del Tribunal de Disciplina Fiscal. También se mencionaron medidas como la prohibición de altos salarios para jueces y plazos más estrictos para resolver casos penales y fiscales.
Desde la bancada opositora, senadores como Imelda San Miguel y Ricardo Anaya señalaron que la reforma debilitaría la autonomía del Poder Judicial. Anaya criticó duramente, afirmando que Morena busca establecer un “tribunal inquisitorial”. Por su parte, legisladores de Morena, como Alejandro Murat y Citlalli Hernández, defendieron la reforma como un paso hacia la democratización y la justicia. Murat aseguró que “nunca más habrá jueces que se manden solos” y Hernández destacó que la reforma es un mandato para transformar el sistema judicial y erradicar privilegios.
Al finalizar la votación, que fue nominal debido a la falta de tablero electrónico, los legisladores de Morena celebraron el avance de la reforma, la cual ahora será enviada a los congresos locales para su ratificación.
