Tras una década de conflicto obrero-patronal, el Nacional Monte de Piedad enfrenta ahora una huelga, la que estalló la medianoche de este jueves ante lo que señalan, es una sistemática falta de acuerdos en una semana crucial para ello, ya que venían realizando los encuentros entre ambas partes en el juzgado laboral donde se intentaba dar curso positivo a lo demandado por la parte trabajadora.
De hecho, la mesa directiva del Monte de Piedad, ha dicho que fue la parte sindical la que de manera abrupta y unilateral decidió el estallamiento de la huelga que hoy se manifiesta a través de los cierres laborales y la aparición de las banderas rojinegras. Y que incluso, Arturo Zayún González, quien es el secretario general del Sindicato fue quien “se negó a llevar la consulta con los trabajadores”.
Incluso señalaron que el propio Sindicato del Nacional Monte de Piedad fue inflexible con las fechas y dejó de manifiesto que “…las opciones que la Institución tiene se ven drásticamente reducidas a partir de la huelga por parte del sindicato, lo cual deja a las partes sin acuerdo y una negociación trunca, en perjuicio de los trabajadores –que llevan tres años sin incremento salarial por la intransigencia de su dirigente– y del futuro de la Institución, cuya misión social se pone en riesgo”.
Este paro nacional afecta a unas 300 sucursales y alrededor de 2,300 empleados. El Monte de Piedad, hay que recordar, es la primera institución financiera del continente, la más antigua y también la más grande casa de empeños del país.
La huelga no solo afecta a los trámites físicos, también a cualquier movimiento digital, ya que su página web ha sido temporalmente deshabilitada y en esta se puede leer el mensaje: “Estimado cliente, Nuestras sucursales tienen una interrupción temporal del servicio. Esperamos verlos pronto”.
Ha trascendido que el Sindicato ha mantenido la queja ante el despido injustificado de 400 unos trabajadores, plazas que finalmente se perderían, además de que se presume un contrato colectivo de trabajo reestructurado, en el cual según el Sindicato, contemplaba reducir el 18 por ciento de la plantilla y la jubilación potenciada para 352 trabajadores, con antigüedades de entre 10 y 20 años.
