Que Israel mantenga el control tanto de la seguridad como de los asuntos civiles sobre todas las zonas palestinas, supedita la reconstrucción del enclave a su desmilitarización, que se instalen funcionarios locales sin vínculos con países o entidades que apoyan el terrorismo y que se cierre Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente, ese es en su esencia el plan posguerra presentado por el primer ministro Benjamin Netanyahu para la Franja de Gaza.
Este plan establece además que serán las fuerzas armadas de Israel las que ejercerán un control de seguridad en toda la zona al oeste de Jordania, incluida la franja de Gaza, “para impedir el fortalecimiento de elementos terroristas y contener las amenazas contra Israel”. Por lo que el gobierno conservará su libertad de acción operativa en todo el territorio palestino, sin límite de tiempo.
Netanyahu deja claro que en todo lo referente al territorio del sur de la franja de Gaza, que es fronterizo con Egipto, Israel no sólo establecerá la coordinación operativa de seguridad bilateral permanente, también mantendrá un cerco en cooperación con Egipto y con Estados Unidos. Esto con la finalidad, dijo, de evitar que las organizaciones palestinas entren en un nuevo periodo de preparación armada.
El plan propone la total desmilitarización de Gaza, a excepción del material requerido para mantener el orden y la paz social, a través de lo cual se establecerá un plan para la desradicalización de todas las instituciones religiosas, educativas y sociales.
Las primeras reacciones a estas propuestas no se han hecho esperar, y fue la vocería del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, quien ha señalado que “Los planes de Netanyahu buscan perpetuar la ocupación israelí de los territorios palestinos e impedir la creación de un Estado palestino”.
