El gobierno de Emmanuel Macron, desplegó más de cien mil efectivos de seguridad de distintas corporaciones con tal de “blindar” sus fiestas nacionales por el 14 de julio, Día Nacional de Francia, que conmemora un momento clave dentro de la revolución francesa; la toma de la Bastilla. Ante el temor de una revuelta pública que opacara estas festividades el gobierno intenta dar un mensaje de paz y gobernabilidad en momentos de crisis política que mantienen al presidente Macron en un rango de impopularidad ya preocupante.