Un tiroteo masivo en un edificio de oficinas en Midtown Manhattan cobró la vida de cuatro personas la tarde de este lunes, entre ellas un oficial de la Policía de Nueva York que se encontraba fuera de servicio. El atacante, identificado como Shane Tamura, un hombre de 42 años residente en Las Vegas con historial de problemas de salud mental, se suicidó tras el ataque, según confirmaron las autoridades tras una minuciosa reconstrucción del suceso.
El incidente ocurrió alrededor de las 6:30 p.m. en un edificio ubicado en Park Avenue, una zona céntrica y altamente transitada que alberga oficinas de grandes corporaciones como Blackstone, el consulado general de Irlanda y sedes de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL). Según la comisionada de policía, Jessica Tisch, Tamura descendió de un BMW estacionado frente al inmueble portando un rifle tipo M4 y abrió fuego de inmediato contra el oficial Didarul Islam, de 36 años, quien ingresaba al edificio. Islam, inmigrante de Bangladesh con más de tres años y medio de servicio, murió en el lugar. Tisch lo describió como “un héroe” que “murió como vivió”, y reveló que dejó una esposa embarazada de su tercer hijo y dos pequeños.
Tras el primer disparo, Tamura irrumpió en el vestíbulo, donde disparó contra una mujer que intentaba resguardarse, seguido de una ráfaga que alcanzó a otras personas en la entrada. En la zona de ascensores, hirió mortalmente a un guardia de seguridad y a otro civil. Luego, subió al piso 33, sede de una empresa de gestión inmobiliaria, donde asesinó a una persona antes de quitarse la vida.
El alcalde Eric Adams confirmó cuatro muertos y una persona en estado crítico, al señalar que “cinco personas inocentes fueron alcanzadas por las balas”. Aunque no se ha establecido un motivo claro, las autoridades hallaron en el vehículo del atacante una funda para rifle, un revólver, múltiples cargadores y municiones. No se ha encontrado evidencia de que Tamura tuviera vínculos previos con las víctimas o empresas del edificio.
Testigos describieron escenas de pánico. Jessica Chen, presente en una reunión en el segundo piso, relató cómo escuchó disparos y se refugió con colegas tras bloquear una puerta con mesas. “Estábamos realmente muy asustados”, dijo. El ataque generó alertas de emergencia, cierres viales y alteraciones en el transporte público.
Pese al descenso en crímenes violentos en la ciudad, el suceso ha reavivado el debate sobre la seguridad en espacios urbanos y el acceso a armas de alto poder.
