China anunció una drástica subida de aranceles del 125 % a productos provenientes de Estados Unidos, intensificando aún más el conflicto comercial entre ambas potencias económicas. Esta medida, que entrará en vigor el sábado, fue confirmada por la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado, argumentando que la política estadounidense viola normas internacionales y principios económicos fundamentales.
Desde Pekín, se declaró que los productos estadounidenses ya no podrán competir en el mercado chino bajo estos nuevos gravámenes. Además, el gobierno chino advirtió que, de mantenerse las subidas por parte de Washington, optará por ignorarlas. Como respuesta legal, China también informó que presentará una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en contra de la última ronda de aranceles impuesta por el gobierno estadounidense.
El impacto global no se ha hecho esperar. El dólar cayó a su nivel más bajo frente al euro en más de tres años, reflejo de la incertidumbre que genera la política arancelaria de Estados Unidos. Las principales bolsas europeas registraron caídas a media jornada, y el índice Nikkei de Tokio cerró con una pérdida del 2.95 %.
En paralelo, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció una pausa de 90 días en los aranceles para 60 socios comerciales, con la notable excepción de China. Aun así, se mantienen recargos sobre productos como acero, aluminio y automóviles.
El presidente chino, Xi Jinping, llamó a la Unión Europea a hacer frente común ante las presiones unilaterales. Durante una reunión con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, Xi enfatizó la necesidad de proteger la globalización y reforzar la cooperación entre potencias.
Por su parte, la Unión Europea sigue evaluando contramedidas y dejó claro que está preparada para actuar si fracasan las negociaciones.


