El Papa Francisco continúa su tratamiento diario en el hospital después de pasar su décimo octavo día de hospitalización, tras ser ingresado el pasado 14 de febrero debido a una bronquitis complicada con infección polimicrobiana y una neumonía bilateral. Según fuentes vaticanas, la situación de salud del pontífice es estable, aunque su pronóstico sigue siendo reservado. A pesar de los recientes episodios de broncoespasmo, la evolución de su cuadro clínico se mantiene dentro de los parámetros esperados, sin necesidad de ventilación mecánica.
Francisco, de 88 años, no requiere ventilación asistida y está siendo tratado con oxígeno a través de cánulas nasales. Durante la jornada, el Papa descansó adecuadamente, despertó y desayunó sin complicaciones. Aunque su situación sigue siendo compleja, se destaca la mejora en su estado general de salud. Se ha confirmado que no se emitirán imágenes del Papa por el momento, ya que se espera una estabilización más profunda de su condición antes de considerar su difusión.

El pontífice, que no ha podido cumplir con sus compromisos religiosos, como los ejercicios espirituales cuaresmales previstos para el 9 de marzo, sigue recibiendo el apoyo de la comunidad, tanto a nivel institucional como popular. Cada noche se celebran rosarios en la Plaza de San Pedro por su salud, presididos por cardenales, y recientemente recibió visitas importantes, como la del cardenal Pietro Parolin y Edgar Peña Parra.
En su mensaje a los fieles, Francisco expresó su gratitud por el apoyo recibido y su profundo sentimiento de conexión con los enfermos, reflexionando sobre la bendición que encuentra en la fragilidad humana. Los creyentes continúan acompañando al Papa con oraciones y muestras de afecto.


