Este jueves, las autoridades mexicanas entregaron a Rafael Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más notorios de la historia, a Estados Unidos. El capo, conocido por su vinculación con el Cartel de Guadalajara, arribó a Nueva York a bordo de un avión de la Armada de México, lo que marcó un hito en las relaciones entre ambos países. Este hecho ocurre en el marco de las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, a raíz de las presiones del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, quien había amenazado con imponer aranceles a productos mexicanos si no se tomaban medidas más estrictas contra el tráfico de fentanilo, la migración ilegal y la inseguridad.
Caro Quintero, de 72 años, fue detenido nuevamente en julio de 2022, después de haber estado libre durante años tras un controvertido fallo judicial en 2013 que anuló su sentencia por el asesinato del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena. Esta segunda captura resultó en su encarcelamiento en un penal del Estado de México, donde permaneció durante 20 meses antes de ser extraditado.
El narcotraficante fue una figura clave en el tráfico de drogas durante la década de 1980, acumulando una fortuna cercana a los 500 millones de dólares. Su vínculo con el Cartel de Guadalajara y su implicación en crímenes de gran magnitud lo convirtieron en un objetivo prioritario para las autoridades estadounidenses, quienes ofrecieron una recompensa de hasta 20 millones de dólares por su captura. El asesinato de Camarena en 1985 fue uno de los crímenes más emblemáticos de su carrera delictiva, lo que impulsó la persecución internacional en su contra.
Esta entrega se enmarca dentro de un paquete de medidas de seguridad bilateral entre México y Estados Unidos, que incluye la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas, temas cruciales para la estabilidad regional. Aunque su defensa había logrado retrasar el proceso de extradición mediante una suspensión de oficio, las autoridades mexicanas ejecutaron la operación con total respaldo a las autoridades estadounidenses.
La extradición de Caro Quintero es un paso significativo en la relación de cooperación entre ambos países en la lucha contra el crimen organizado.
