China ha expresado su fuerte desacuerdo con la reciente propuesta de Estados Unidos de imponer restricciones a sectores claves de la economía china, como el marítimo, logístico y de construcción naval. Según un portavoz del Ministerio de Comercio de China, estas medidas son contraproducentes y solo elevarán los costos de transporte, incrementarán la inflación interna y afectarán la competitividad global de los productos estadounidenses. De acuerdo con el gobierno chino, las sanciones, que incluyen tasas portuarias, no solo afectarán a la industria de la construcción naval, sino que también dañarán a los operadores y trabajadores portuarios en EE. UU.
Estas propuestas, que están siendo evaluadas dentro de la investigación de la Sección 301, han sido objeto de fuerte oposición tanto en EE. UU. como a nivel internacional. La Organización Mundial del Comercio (OMC) ya había dictaminado previamente que los aranceles impuestos por la Sección 301 contravienen sus normativas. Esto ha generado un debate más amplio sobre la legalidad y los efectos de estas políticas comerciales, que podrían alterar el sistema multilateral de comercio.
Por su parte, China reiteró su postura en un comunicado oficial en el que instó a EE. UU. a adoptar un enfoque más racional y respetuoso con las normas multilaterales. En este sentido, el gobierno chino ha señalado que, en lugar de culpar a su país por los problemas internos de EE. UU., Washington debería buscar soluciones dentro de los marcos comerciales establecidos internacionalmente. A pesar de estas críticas, la Oficina del Representante de Comercio de EE. UU. sigue adelante con su investigación, convocando a la opinión pública sobre las acciones propuestas.
Las tensiones comerciales entre ambas naciones continúan en aumento, mientras las implicaciones de estas políticas podrían tener repercusiones duraderas en la economía global.


