El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio la bienvenida a Donald Trump en el Despacho Oval, en un encuentro que simboliza la transición pacífica de poder. Este acto, esencial en la política estadounidense, representa el compromiso de ambas partes con un traspaso de poder democrático y ordenado. Biden y Trump se comprometieron públicamente a colaborar para asegurar una transición sin contratiempos, retomando una tradición que había sido interrumpida en años recientes.
Durante su breve intercambio ante las cámaras, Biden felicitó a Trump y reiteró su disposición para facilitar el proceso. Trump, por su parte, agradeció el gesto, resaltando la importancia de una “transición suave”. Ambos líderes se dirigieron el uno al otro de manera cordial, con sonrisas y estrechando manos, mientras ignoraban las preguntas de la prensa. Este acto representa un intento de Biden por garantizar una transición fluida, a pesar de sus desacuerdos políticos y la oposición en diversos temas clave. La transición pacífica de poder ha sido destacada como un aspecto fundamental de esta reunión, enviando un mensaje de estabilidad a la nación.
Antes de su llegada a la Casa Blanca, Trump se dirigió al Capitolio para reunirse con congresistas republicanos, quienes lo ovacionaron en apoyo. Allí, Trump reiteró su compromiso con la agenda conservadora y bromeó sobre una posible futura candidatura, aunque la constitución limita el mandato a dos periodos. Con el Senado bajo control republicano, esta transición pacífica de poder se perfila como una oportunidad para definir la colaboración entre ambas administraciones y avanzar en políticas cruciales.
