La comunidad puertorriqueña ha manifestado su fuerte rechazo tras los comentarios ofensivos realizados por el comediante Tony Hinchcliffe durante un mitin de Donald Trump en Nueva York, donde residen más de un millón de puertorriqueños. Durante el evento, Hinchcliffe se refirió a Puerto Rico como “una isla flotante de basura”, un ataque que ha generado una ola de indignación y críticas en redes sociales.
Aunque los insultos no fueron pronunciados por Trump, el ex presidente ha dejado clara su postura negativa hacia Puerto Rico en múltiples ocasiones. Desde cuestionar la cifra de víctimas tras el paso del huracán María hasta insinuar la posibilidad de vender la isla durante su mandato, su desprecio hacia el territorio ha sido evidente. Sin embargo, las palabras de Hinchcliffe han resonado de manera especialmente negativa, tocando una fibra sensible entre los puertorriqueños y desatando una respuesta generalizada en los medios de comunicación.

El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, reaccionó ante los ataques a través de su cuenta de Twitter, afirmando que “basura es lo que salió de la boca de Tony Hinchcliffe”. Además, resaltó que quienes aplaudieron estos comentarios deberían sentirse avergonzados por su falta de respeto hacia la isla. Pertenece al Partido Nuevo Progresista (PNP) y subrayó que los puertorriqueños, como ciudadanos estadounidenses, merecen ser tratados con dignidad y respeto por sus líderes.
Pierluisi también instó a la comunidad puertorriqueña a demostrar su fuerza tanto en las elecciones como en su vida diaria. Su mensaje fue dirigido a los seis millones de puertorriqueños que viven en Estados Unidos y que tienen la oportunidad de votar en representación de los tres millones de habitantes en la isla, quienes no tienen acceso a participar en elecciones federales.
A pesar de ser un territorio de EE. UU., Puerto Rico enfrenta una situación electoral compleja, ya que sus residentes solo pueden participar en elecciones locales, lo que resalta las particularidades de su estatus político.