El caso de Gisèle Pelicot ha desatado una ola de indignación en Francia, con miles de ciudadanos manifestándose este fin de semana en apoyo a la víctima. Gisèle, de 72 años, reveló recientemente que su exesposo la drogaba y grababa mientras sufría abusos sexuales por parte de al menos 72 hombres, 51 de los cuales actualmente están siendo juzgados.
Gisèle declaró fuera del tribunal cómo descubrió que su exesposo había almacenado las imágenes de los abusos en una carpeta etiquetada como “abusos” en su computadora. Este macabro hallazgo fue realizado por la policía durante la investigación.
El caso ha tomado giros sorprendentes. Jean-Pierre Maréchal, de 63 años, ha negado haber abusado de Gisèle, pero admitió que Dominique Pelicot le enseñó cómo someter químicamente a su pareja. Según su confesión, Dominique le proporcionó los fármacos necesarios y juntos abusaron de la esposa de Maréchal.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, la esposa de Maréchal ha decidido no presentar una demanda civil y prefiere mantenerse en el anonimato debido a su dependencia económica de Maréchal.
El impacto mediático del caso se ha visto intensificado por la decisión de Gisèle de hacer público todo el juicio. “La vergüenza debe cambiar de bando”, afirmó Gisèle, quien espera que su testimonio sirva para prevenir futuros abusos. En su declaración, subrayó que los agresores actuaron con plena conciencia y cuestionó por qué no se reportaron los delitos a la policía, sugiriendo que una simple llamada anónima podría haber marcado la diferencia.
Gisèle también contrajo cuatro infecciones de transmisión sexual, pero, afortunadamente, se libró del VIH, la sífilis y la hepatitis, según la doctora Anne Martinat Sainte-Beuve. Este lunes, Gisèle agradeció a los manifestantes por su apoyo y a las víctimas les aseguró que no están solas.
Dominique Pelicot y los otros 50 acusados enfrentan la posibilidad de hasta 20 años de prisión. No obstante, los problemas de salud alegados por Dominique podrían ocasionar un aplazamiento en el juicio.


