El Tribunal Federal de Justicia de Alemania ha confirmado la condena de Irmgard Furchner, una mujer de 99 años, por su participación como cómplice en el asesinato de 10.505 prisioneros durante la II Guerra Mundial. Furchner, quien trabajó como secretaria del comandante de las S.S. en el campo de concentración de Stutthof, fue sentenciada a dos años de prisión condicional por un tribunal en Itzehoe, en el norte de Alemania, en diciembre de 2022.
La sentencia se basa en que Furchner, en su rol de taquígrafa entre 1943 y 1945, desempeñó un papel crucial en el funcionamiento del campo, ubicado cerca de Danzig, hoy Gdansk, Polonia. El tribunal concluyó que ella era consciente y deliberadamente apoyó la ejecución de los crímenes atroces que allí se cometieron, incluyendo el asesinato de miles de personas mediante gaseamientos.
Durante el juicio, la defensa argumentó que Furchner no estaba plenamente consciente de las atrocidades que se cometían en el campo y cuestionó su participación directa en los crímenes. Sin embargo, el tribunal rechazó estos argumentos, afirmando que la mera colaboración en el funcionamiento del campo es suficiente para establecer complicidad en los asesinatos.
Este caso es uno de los últimos juicios relacionados con crímenes de guerra de la era nazi, y los fiscales han señalado que aún quedan tres casos pendientes en diferentes partes de Alemania. A medida que los sospechosos envejecen, aumentan las dudas sobre su capacidad para enfrentar un juicio.
El precedente para este tipo de condenas fue establecido en 2011 con la sentencia de John Demjanjuk, quien fue declarado cómplice de asesinato por su trabajo como guardia en Sobibor. Desde entonces, los fiscales han sostenido que la colaboración en la operación de un campo nazi es suficiente para justificar una condena.
Furchner fue juzgada en un tribunal de menores debido a que tenía entre 18 y 19 años al momento de los crímenes, lo que generó cuestionamientos sobre su madurez mental en esa época. El campo de Stutthof albergó a decenas de miles de judíos, prisioneros políticos, criminales y otros grupos perseguidos por el régimen nazi, y más de 60.000 personas fueron asesinadas en ese lugar.


