En medio de las elecciones presidenciales de tres días en Rusia, un conjunto de incidentes perturbadores sacudieron el proceso electoral, cuando un grupo de desconocidos atacaron urnas en varios lugares del país, desencadenando incendios y lanzando bombas. Estos ataques, que amenazaron con interrumpir la integridad de la votación, provocaron una respuesta enérgica por parte de las autoridades electorales rusas.
La presidenta de la Comisión Electoral Central de Rusia, Ella Pamfilova advirtió que los perpetradores de tales actos de vandalismo enfrentarían consecuencias severas, incluida una sentencia de hasta cinco años de prisión.
Uno de los incidentes más notorios que Pamfilova condenó fue el caso de una mujer que vertió tinte verde en una urna en un intento por sabotear las papeletas de voto. Este acto de vandalismo no solo fue un intento de perturbar el proceso electoral, sino que también fue interpretado como un ataque directo a la integridad misma de la democracia en Rusia. Los investigadores estatales actuaron rápidamente al abrir un caso penal contra la mujer responsable, enviando así un mensaje contundente de que tales acciones no serían toleradas.
Medios estatales revelaron otros intentos de perturbar la votación en lugares estratégicos como Moscú, la región montañosa del Cáucaso de Karachayevo-Cherkessia y en Crimea, territorio que Rusia anexó de Ucrania en 2014. Estos ataques, aunque focalizados, advierten autoridades electorales, son una amenaza generalizada para la estabilidad del proceso electoral y la voluntad popular.
Pamfilova recordó a los ciudadanos rusos que la obstrucción del ejercicio de los derechos electorales o el trabajo de las comisiones electorales está penado con hasta cinco años de prisión según el artículo 141 del Código Penal. Esta afirmación subrayó la seriedad con la que las autoridades rusas están abordando estos incidentes y su compromiso con la preservación de la democracia.
Los ataques a las urnas en las elecciones presidenciales de Rusia son para el gobierno en turno, un recordatorio contundente de los desafíos que enfrenta si quiere consolidar la ratificación de Vladimir Putin.
