Este martes, un hospital de Gaza ha sido escenario de una tragedia irreparable, donde al menos 500 palestinos han muerto, según las autoridades de la Franja, en un bombardeo israelí a Al Ahli al Arabi, un hospital dentro de la capital, repleto de pacientes y de refugiados de los ataques aéreos. El Ministerio de Salud de Gaza informó que el ataque aéreo de Israel tuvo como victimas personas palestinas que en su mayoría eran niños y mujeres.
El presidente Mahmoud Abbas, quien gobierna en la ocupada Cisjordania, declaró un luto de tres días tras el bombardeo y que ha sido uno de los genocidios y catástrofe humanitaria más desastrosos de los últimos años:
“Lo que está ocurriendo es un genocidio, llamamos a la comunidad internacional a intervenir inmediatamente para detener esta masacre. El silencio es inaceptable”, dijo en un comunicado la Organización de Liberación Palestina en respuesta al ataque.
“La OMS condena enérgicamente el bombardeo del Hospital Al Ahli Arab”, afirmó el director general de la agencia de salud de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la red social X (antes Twitter).
Por otro lado, las Fuerzas de Defensa de Israel han negado “categóricamente” cualquier participación en el ataque al hospital, culpando en cambio a un “lanzamiento fallido de un cohete” por parte del grupo Jihad Islámico Palestino, un grupo militante islamista rival en Gaza.
