Con una propuesta cargada de sensibilidad, fuerza visual y honestidad emocional, la artista juvenil mexiquense Victoria Argueta Martínez presenta “Transmutación y autopercepción”, una serie pictórica compuesta por cinco obras en las que el cuerpo, el color y el trazo se convierten en vehículos de introspección y transformación.
Cada pieza de la serie representa una etapa emocional que atraviesa el ser humano en su camino hacia la comprensión de sí mismo: la vulnerabilidad, el repliegue, el conflicto interno, la confrontación y, finalmente, la reconciliación. En este proceso, el cuerpo humano se muestra distorsionado, fragmentado y simbólico, como reflejo de un alma que busca reconstituirse.
Argueta Martínez, originaria del Estado de México, pertenece a una nueva generación de creadores jóvenes que entienden el arte no sólo como una expresión estética, sino como una herramienta de autoconocimiento y un puente para conectar con los demás. En “Transmutación y autopercepción”, la artista no teme hablar del dolor ni de la incertidumbre; al contrario, los coloca en el centro del lienzo como parte inevitable del proceso de crecer, de sentir y de sanar.
“Cada obra nace de una emoción real. No son sólo imágenes, son fragmentos de momentos en los que aprendí a escucharme, a observar lo que dolía, y a traducirlo en color”, expresa la artista sobre el proceso de creación.
Con una paleta que transita entre sombras densas y tonos cálidos, y trazos que van desde lo contenido hasta lo expansivo, la serie genera un diálogo visual que resuena con quien la observa. Lejos de buscar respuestas cerradas, las obras invitan a la reflexión personal y a ver el arte como un espejo emocional.
Victoria Argueta continúa consolidándose como una voz emergente en la escena artística mexiquense, apostando por un arte profundamente humano y auténtico.
