El fútbol turco enfrenta uno de los mayores escándalos en su historia reciente. Ibrahim Haciosmanoglu, presidente de la Federación Turca de Fútbol (TFF), reveló que un gran número de árbitros profesionales mantiene vínculos con plataformas de apuestas, lo que ha generado alarma en las autoridades deportivas del país. Según el propio mandatario, de los 571 árbitros que actualmente trabajan en las distintas ligas profesionales de Turquía, 371 poseen cuentas en sitios de apuestas, mientras que 152 de ellos participan activamente en dichas actividades.
De acuerdo con la información presentada por Haciosmanoglu en una rueda de prensa celebrada en Estambul, se calcula que los colegiados involucrados realizaron más de 10 mil apuestas en conjunto, lo que podría constituir una violación directa al reglamento disciplinario de la federación. El funcionario señaló que existen casos particularmente graves, como el de un árbitro que habría efectuado más de 18 mil apuestas individuales, mientras que otros 42 realizaron más de mil cada uno.

El dirigente enfatizó que el comité disciplinario de la TFF ya está recopilando la información necesaria para determinar las sanciones correspondientes. De conformidad con el Artículo 57 del Reglamento Disciplinario, los implicados podrían enfrentar suspensiones o inhabilitaciones para ejercer el arbitraje, con periodos que van de tres meses a un año, dependiendo del nivel de participación comprobada.
Entre los involucrados se encuentran siete árbitros y 15 asistentes de primera categoría, además de 36 jueces centrales y 94 asistentes que operan en divisiones inferiores. “Pronto serán remitidos al comité disciplinario y recibirán las sanciones correspondientes según nuestros reglamentos”, declaró Haciosmanoglu ante los medios, reiterando su compromiso con la transparencia y la integridad deportiva.
El caso ha provocado un profundo debate en el fútbol turco, donde la credibilidad arbitral se ha visto seriamente comprometida. Autoridades deportivas y aficionados exigen medidas ejemplares para restaurar la confianza en las competiciones nacionales. Mientras tanto, la TFF continúa con las investigaciones internas para determinar si hubo apuestas realizadas en partidos bajo su jurisdicción, lo que podría agravar aún más el escándalo.

