La selección mexicana Sub-20 protagonizó un hecho destacado en el Mundial de la categoría durante su enfrentamiento contra España, al hacer uso de la tarjeta verde, herramienta de videoasistencia conocida como FVS (Football Video Support), que permitió revertir una decisión arbitral en un momento clave del partido.
La jugada se produjo cuando José Pachuca realizó una entrada para recuperar el balón, lo que llevó al árbitro a señalar un penalti a favor del conjunto español. De inmediato, el técnico Eduardo Arce y su cuerpo técnico reclamaron la acción al considerar que no había infracción. Tras la solicitud de revisión, el árbitro acudió al monitor, verificó la acción y anuló la pena máxima, lo que generó alivio y un fuerte impulso anímico para el conjunto tricolor.
El uso de la tarjeta verde en este torneo juvenil ha despertado gran interés entre especialistas y aficionados, ya que representa una alternativa más accesible frente al VAR tradicional. El sistema busca reducir costos y simplificar la implementación tecnológica en competiciones que no cuentan con presupuestos elevados.
Este recurso ya se había utilizado anteriormente en el mismo certamen, como en el encuentro entre Noruega y Nigeria. Sin embargo, la aplicación durante el duelo entre México y España llamó especialmente la atención por el contexto y la relevancia de la jugada, que pudo haber cambiado el rumbo del partido.
La FIFA ha señalado que el Mundial Sub-20 servirá como un espacio de prueba para evaluar la viabilidad de este mecanismo en torneos oficiales, con miras a su implementación en ligas y competiciones con limitaciones económicas.
Más allá del aspecto tecnológico, el Tri Sub-20 aprovechó la rectificación para fortalecerse en el campo y reafirmar su carácter competitivo. El episodio evitó que España tomara ventaja en un momento crítico y permitió a los jugadores mexicanos mantener el control emocional dentro del encuentro.
Analistas deportivos subrayan que este tipo de innovaciones pueden marcar un antes y un después en el arbitraje internacional, abriendo la puerta a nuevas herramientas que garanticen justicia deportiva sin requerir inversiones millonarias. Para el futbol mexicano, la experiencia refuerza la importancia de la tecnología en la evolución del deporte y su papel en la formación de nuevas generaciones.