El piloto mexicano de IndyCar, Pato O’Ward, expresó su desconcierto tras una publicación del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en la que se promocionaba un centro de detención de inmigrantes en Indiana bajo el nombre “Speedway Slammer”. Lo que generó polémica fue que la imagen utilizada mostraba un automóvil similar a los de IndyCar, con el número 5 —el mismo que utiliza O’Ward— y con las siglas “ICE” visibles como si se tratara de un patrocinador oficial.
O’Ward aseguró que la publicación, realizada el martes, lo tomó completamente por sorpresa y cuestionó el uso de elementos visuales que coinciden con su identidad deportiva. “Me sorprendió bastante. Hay muchas coincidencias que no dejan buen sabor. No creo que haya sido motivo de orgullo para nadie”, declaró el piloto este miércoles.
La imagen publicada parece haber sido generada digitalmente y muestra un auto en una pista de carreras, con un edificio que recuerda a una prisión al fondo. Esto provocó reacciones no solo del piloto, sino también de la propia organización IndyCar, que rápidamente emitió un comunicado para deslindarse de la situación. “No estábamos al tanto de que nuestra imagen sería utilizada en ese contexto. Estamos comunicando que preferimos que nuestra propiedad intelectual no se asocie a este tipo de campañas”, señalaron los directivos.
La campaña fue anunciada también por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien mencionó el nombre “Speedway Slammer” para referirse a la expansión del espacio de detención migratoria en Indiana, con capacidad para 1,000 camas adicionales.
Indiana es sede del famoso circuito de Indianápolis y del campeonato de IndyCar, por lo que el uso de referencias automovilísticas añade complejidad al caso. O’Ward, actualmente segundo en el campeonato de pilotos, se encontraba en Texas para promocionar el nuevo Gran Premio de Arlington, que se disputará el 15 de marzo de 2026 en un circuito urbano alrededor de los estadios de los Cowboys de la NFL y los Rangers de MLB.
La polémica ha generado cuestionamientos sobre el uso de símbolos deportivos con fines políticos, así como la necesidad de proteger la identidad de figuras públicas de asociaciones no autorizadas.

