En un ambiente lleno de nostalgia y reconocimiento, Son Heung-min fue homenajeado en lo que parece haber sido su último encuentro como jugador del Tottenham Hotspur. El delantero surcoreano, de 33 años, disputó su posible despedida durante un amistoso de pretemporada frente al Newcastle en el Estadio Mundialista de Seúl, donde cerca de 65 mil aficionados lo ovacionaron.
El partido, que concluyó con un empate 1-1, tuvo su punto más emotivo en la segunda mitad, cuando Son fue sustituido entre aplausos y abrazos de compañeros y rivales. La escena, cargada de emoción, reflejó el profundo respeto que el futbolista se ha ganado tras una década en el club londinense, con el que marcó 173 goles en 454 partidos oficiales.
Thomas Frank, técnico del Tottenham, expresó que la despedida fue conmovedora tanto en el campo como en el vestuario. Según el entrenador, sus palabras fueron breves porque se trataba de un momento para “Sonny”, quien también dirigió unas emotivas palabras a sus compañeros. Por su parte, Eddie Howe, técnico del Newcastle, elogió el comportamiento ejemplar del surcoreano, destacando que su legado va más allá del talento deportivo.
Durante el encuentro, Brennan Johnson abrió el marcador para los Spurs con un disparo desde fuera del área, mientras que Harvey Barnes igualó para los Magpies antes del descanso. Además del tributo a Son, el partido dejó una nota preocupante: James Maddison, mediocampista del Tottenham, tuvo que abandonar el campo en camilla por una lesión en la rodilla, la misma que ya lo había marginado anteriormente.
El entrenador del club informó que la lesión podría dejar fuera a Maddison de la Supercopa de la UEFA, programada para el 13 de agosto ante el París Saint-Germain. Además, existe incertidumbre sobre su disponibilidad para el inicio de la Premier League, previsto dos días después.
Son Heung-min suena como posible refuerzo del LAFC de la MLS. Su salida marcaría el fin de una era en Tottenham, donde se convirtió en uno de los referentes más queridos por la afición.

