Max Verstappen se consagró campeón mundial de Fórmula 1 por cuarta ocasión a sus 27 años, alcanzando un hito histórico en la categoría reina del automovilismo. Aunque el neerlandés no subió al podio en el Gran Premio de Las Vegas, su quinto lugar fue suficiente para asegurar el título. En una temporada marcada por problemas mecánicos en el RB20, Verstappen demostró una vez más su capacidad para imponerse a las adversidades.
La carrera en Las Vegas tuvo como protagonistas a los pilotos de Mercedes, con George Russell logrando la victoria y Lewis Hamilton finalizando en segundo lugar para un contundente 1-2. Sin embargo, la alegría en Red Bull fue doble gracias al desempeño de Sergio “Checo” Pérez, quien remontó desde el 15° lugar para terminar décimo, sumando puntos importantes y reafirmando su habilidad estratégica.
Pérez destacó por su impecable gestión de neumáticos, utilizando los compuestos duros en dos ocasiones y los medios con gran efectividad, algo que resultó complicado para el resto de los pilotos en un circuito sin incidentes de Safety Car. El mexicano incluso logró un impresionante doble rebase sobre Kevin Magnussen y Liam Lawson en las últimas vueltas, quedando a poco de superar a Yuki Tsunoda.
Por otro lado, el equipo McLaren, considerado uno de los principales contendientes al título de constructores, enfrentó múltiples problemas técnicos durante el fin de semana, lo que mermó su desempeño en la carrera. Esto permitió a Red Bull mantenerse competitivo en un año particularmente desafiante para la escudería.
Con este título, Verstappen se coloca a solo tres campeonatos de igualar a leyendas como Michael Schumacher y Lewis Hamilton, consolidándose como uno de los grandes nombres en la historia de la Fórmula 1. Para Pérez, la actuación en Las Vegas representa un impulso moral y una muestra de que aún puede competir al más alto nivel.