Andrés Guardado cerró su etapa en la Selección Nacional con una emotiva despedida en el Estadio Akron, donde México venció a Estados Unidos tras seis años sin conseguirlo. El legendario mediocampista disputó 18 minutos, portando el número que lo acompañó a lo largo de su carrera en el Tricolor, ante el entusiasta público jalisciense.
Durante su tiempo en el campo, Guardado mostró su conocido liderazgo y entrega. Participó activamente en el juego con 14 toques al balón y una precisión de pase del 85%. A pesar de ser una breve participación, fue suficiente para dejar en claro su compromiso, gritando y luchando cada balón como en sus inicios con la Selección.

Al cumplirse los 18 minutos, el “Principito” entregó el brazalete de capitán a Edson Álvarez, quien lo abrazó con afecto. El resto de sus compañeros, incluyendo César Montes, Orbelín Pineda y César Huerta, se unieron para rendirle homenaje. En su salida del campo, Guardado saludó a la afición, que se puso de pie y lo ovacionó. Con un gesto emotivo, besó el escudo del Tricolor antes de ceder su lugar a Luis Romo.
Javier Aguirre y Guillermo Ochoa también le brindaron un cálido abrazo, al igual que el resto de los suplentes. Así concluyó una trayectoria de 19 años y 183 partidos con la Selección Mexicana, donde Guardado ganó tres Copas Oro (2011, 2015 y 2019), la Copa Concacaf 2015 y participó en cinco Mundiales consecutivos: Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022.
Con su despedida, Guardado deja un legado imborrable en la historia del fútbol mexicano y un ejemplo de entrega y amor por la camiseta nacional.


