Ser medallista olímpico conlleva la responsabilidad de inspirar a las nuevas generaciones, una tarea que Marco Verde comprende bien. Después de subir al podio en París 2024, Verde tiene claro que quiere mantener los valores que lo han definido. “Quiero mantener un perfil bajo y que los jóvenes vean que soy una buena persona, para que ellos también lo sean”, expresó el pugilista.
Consciente de la influencia que tiene sobre los jóvenes, Marco les recomienda que persigan aquello que los apasione, ya sea el deporte o los estudios. Lo importante, según Verde, es enfocarse en “lo que sientan que les dará algo a futuro y donde puedan desarrollar planes”. Esta visión refleja su experiencia personal, ya que a los ocho años tomó la decisión de dejar el béisbol y dedicarse al boxeo, con el sueño de convertirse en medallista olímpico.
Ese sueño se materializó, y Marco agradece a sí mismo por no rendirse a lo largo del proceso. A pesar de tener claro el camino, reconoce que no siempre fue sencillo. “Hay momentos y días que te da flojera entrenar. Cuando pierdes y sabes que hiciste una buena preparación, pero no lograste nada, son los momentos difíciles, los que en el día a día tienes que superar”, compartió el boxeador oriundo de Mazatlán.
A pesar de los desafíos, su determinación y constancia lo llevaron a alcanzar la gloria olímpica. Sin embargo, el medallista aún no ha retomado sus entrenamientos desde su regreso de París. Verde continúa siendo una figura que inspira a las nuevas generaciones, no solo por sus logros deportivos, sino también por su actitud y compromiso con ser un buen ejemplo.
