El Gran Premio de los Países Bajos trajo una carrera inusual para Max Verstappen, quien tuvo que conformarse con un segundo lugar tras enfrentar dificultades con su RB-20. Desde las primeras vueltas, el piloto neerlandés notó un comportamiento anómalo en sus neumáticos, señalando al equipo que los “neumáticos estaban entumecidos”, lo que anticipaba un desempeño complicado. Este tipo de problemas es poco común en Red Bull, pero en Zandvoort, la situación fue diferente.
Verstappen ya había detectado una falta de ritmo durante los entrenamientos previos. En declaraciones a RacingNews365, expresó que el balance del coche fue problemático desde la primera sesión de entrenamientos hasta la carrera. “Las limitaciones son las mismas y es difícil de resolver en este momento”, comentó el piloto. También mencionó que el equipo estaba enfrentando problemas inesperados con la degradación de los neumáticos, algo que no había ocurrido en las temporadas anteriores.
El campeón del mundo instó a su equipo a identificar y corregir los problemas antes de la próxima carrera. “Algo no está funcionando bien con el coche, y debemos entenderlo para mejorar rápidamente”, declaró Verstappen. Aunque logró una excelente salida, pronto fue superado por Lando Norris y su McLaren, que mostraron un ritmo superior. Con pocas opciones, Verstappen se centró en cuidar sus neumáticos y en asegurar la segunda posición.
A pesar de sus esfuerzos, Verstappen no pudo evitar que Norris lo adelantase, lo que lo obligó a concentrarse en completar la carrera y mantener su posición en el podio. “Hice todo lo posible, pero no pude resistir el ritmo de Norris”, concluyó el piloto.