Enrique Canchola Martínez
Profesor Universidad Autónoma Metropolitana.
La escultura «Génesis 4D» de Miguel Peraza no es solo una obra de arte; es una invitación a un viaje cuántico, un portal hacia la infinita posibilidad de mundos paralelos.
Esta pieza, que se despliega en el espacio físico y mental, representa la intersección entre la física cuántica y la interpretación artística, llevando al espectador a explorar las profundidades de la realidad y la imaginación.
Miguel Peraza, escultor mexicano nacido el 29 de septiembre de 1959, ha dedicado su vida a explorar los límites de la creatividad humana.
Su obra «Génesis 4D» es un claro ejemplo de cómo su inspiración se nutre de la ciencia, específicamente de la teoría de los muchos mundos en la física cuántica. Esta teoría postula que existen infinitos universos paralelos, cada uno resultante de las diferentes decisiones y eventos que ocurren en nuestras vidas.
En la escultura “Génesis 4D» encriptada se desafía la percepción tradicional del arte. Con su forma esférica y su composición de círculos y polígonos metálicos de diversos colores, parece cambiar ante nuestros ojos sensoriales y cerebrales (oculus cerebralis) según el ángulo desde el que se mire.
Esta dinámica visual simula el concepto de superposición cuántica, donde las partículas existen en múltiples estados al mismo tiempo, hasta que se realiza el colapso visual y mental.
La pasión de Peraza por compartir su visión artística lo ha llevado a instalar sus obras en recintos educativos: en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el Tecnológico de Monterrey (ITESM), la Universidad Biomédica (UNIBIO), la Universidad Simón Bolívar (USB) en México, la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) en Colombia y en la Southern Indiana University (USI) en USA entre otros más.
«Génesis 4D» no es solo una pieza para ser admirada, sino también un instrumento educativo que incita a estudiantes y académicos a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra existencia y las posibilidades que ofrece el universo.
La obra de Peraza, y en particular «Génesis 4D», es un reflejo de la condición humana. Nos invita a considerar nuestra propia multidimensionalidad y la posibilidad de existir en diferentes realidades. Es una metáfora de la vida misma, donde cada decisión nos lleva por un camino distinto, creando una nueva versión de nosotros en algún otro universo paralelo.
En síntesis, “Génesis 4D» de Miguel Peraza es más que una escultura; es un manifiesto sobre la complejidad del ser humano y la belleza del universo. Nos recuerda que el arte y la ciencia son dos caras de la misma moneda, ambas buscando entender y explicar el mundo que nos rodea.
A través de esta obra, Peraza nos desafía a abrir nuestra mente a la posibilidad de que, en algún lugar de los mundos paralelos, somos una versión diferente de nosotros mismos, viviendo una realidad alternativa.
Es una obra que viaja en el espacio y el tiempo, comportándose como un gusano del interuniverso que cruza los puentes de Einstein Rosen formando bandas de Möbius y Twistores de Roger Penrose e induciendo una experiencia subjetiva, cambiante y continua donde se combinan arte, ciencia y filosofía, y nos impulsa a imaginar lo inimaginable.
