Después de ocho meses de búsqueda, Virginia descubrió que el cuerpo de su hijo había estado en el Semefo desde noviembre, el mismo mes en que desapareció. A pesar de sus repetidas visitas y de proporcionar su ADN y dirección, no fue informada hasta la semana pasada de que el cuerpo de su hijo había ingresado al Semefo el 30 de noviembre.
Virginia expresó su indignación durante un foro de consulta ciudadana sobre la reforma al Issstezac. Criticó la falta de apoyo y la corrupción en las instituciones, mencionando que no tiene dinero para el novenario de su hijo, para su propio tratamiento médico ni para las dos nietas que le sobreviven.


