Un nuevo paso en la neurotecnología se desarrolla desde Estados Unidos, donde implantes cerebrales diseñados por la empresa Neuralink, fundada por Elon Musk, han permitido que pacientes con parálisis recuperen un nivel significativo de autonomía. Entre los casos destacados se encuentra el de RJ, un veterano del ejército estadounidense que quedó tetrapléjico tras un accidente de motocicleta. Gracias a la intervención del equipo médico de la Universidad de Miami, RJ logró controlar dispositivos electrónicos con el simple uso de sus pensamientos, como teléfonos móviles y ordenadores.
La operación, realizada como parte del “Proyecto Miami para curar la parálisis”, marca la primera colaboración de esta universidad con Neuralink. De acuerdo con el director clínico, Allan Levi, la respuesta de los pacientes ha sido sorprendente. Señaló que en poco tiempo son capaces de realizar acciones básicas como enviar mensajes de texto, jugar videojuegos o navegar en sus dispositivos. El especialista resaltó que la meta final es alcanzar el control de aparatos que puedan devolver movilidad a brazos o incluso a las piernas de los pacientes.
Los implantes utilizan más de mil electrodos capaces de procesar señales neuronales, las cuales son transmitidas de forma inalámbrica a una aplicación encargada de transformarlas en órdenes. Para su instalación, se emplea un robot quirúrgico desarrollado por Neuralink que trabaja en coordinación con los neurocirujanos encargados de definir el punto exacto de colocación.
En paralelo, otro antecedente clave fue el de Noland Arbaugh, primer paciente en recibir un implante de Neuralink en enero de 2024 en Phoenix, Arizona. Desde entonces, el número de operaciones se ha expandido a la sede de la Universidad de Miami, donde ya se han efectuado varias intervenciones adicionales.
Actualmente, la tecnología se encuentra en fase de ensayos clínicos y está disponible únicamente para personas con tetraplejia, paraplejia, discapacidades visuales o dificultades en el habla. Aunque el número de beneficiados sigue siendo reducido, el proyecto avanza con la expectativa de alcanzar a un público más amplio una vez que obtenga la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Levi asegura que el tiempo para lograr la regulación y su comercialización podría ser menor al previsto, lo que abre la posibilidad de que esta innovación llegue más pronto al mercado.