El Ejército de Israel llevó a cabo ataques aéreos sobre la Ciudad de Gaza este miércoles, previo a una toma de control planificada, provocando la muerte de 123 personas en un solo día, según informó el Ministerio de Salud de Gaza. Este balance representa la cifra más alta de víctimas en 24 horas durante la última semana, en medio de un conflicto que ya se aproxima a los dos años y ha devastado la región.
Las autoridades de salud en Gaza señalaron que los bombardeos se suman a una cadena de ataques que ha afectado gravemente la infraestructura del enclave, donde viven más de dos millones de palestinos. La magnitud de la destrucción ha generado una emergencia humanitaria, con hospitales sobrepasados y servicios esenciales deteriorados, lo que dificulta la atención a los heridos y el acceso a alimentos, agua y medicinas.
Paralelamente, el grupo militante Hamás mantiene conversaciones con mediadores egipcios en busca de acuerdos que podrían influir en la situación en el terreno. A pesar de estas negociaciones, los enfrentamientos y bombardeos continúan, ampliando la gravedad de la crisis y aumentando el número de víctimas civiles.
Expertos en conflictos han advertido que la violencia sostenida no solo eleva el número de muertos y heridos, sino que también incrementa la presión sobre las agencias humanitarias internacionales, obligadas a intervenir en condiciones cada vez más peligrosas. La población civil enfrenta desplazamientos masivos, pérdida de viviendas y la destrucción de infraestructuras críticas, lo que agudiza la vulnerabilidad de los residentes del enclave.
El conflicto en Gaza ha generado un impacto social y económico de gran magnitud, con hospitales saturados, falta de energía y escasez de suministros básicos. Organismos internacionales han solicitado el cese inmediato de las hostilidades y un acceso humanitario seguro para atender a los afectados, mientras las tensiones entre las partes involucradas continúan escalando.
La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, buscando vías diplomáticas para frenar la violencia y proteger a la población civil, aunque la situación sobre el terreno permanece extremadamente compleja y crítica.

