Las negociaciones entre Israel y Hamas enfrentan nuevos desafíos en medio de crecientes tensiones.
En un clima de creciente tensión, una delegación israelí ha llegado a El Cairo para discutir con representantes de Egipto y Estados Unidos sobre el control del Corredor de Filadelfia, una de las cuestiones más controvertidas en las actuales negociaciones de tregua con Hamas. Encabezada por el jefe del Mosad, David Barnea, la delegación busca resolver las discrepancias que han surgido, amenazando con frustrar los esfuerzos de mediación que ya llevan semanas en marcha.
A pesar de los intentos de las partes involucradas por alcanzar un acuerdo, la visita reciente del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, a la región no logró cerrar las brechas entre Israel y Hamas. De hecho, la retórica entre ambos lados se ha intensificado. Israel sostiene que ha aprobado la propuesta más reciente presentada por Estados Unidos, con el apoyo de Egipto y Qatar, mientras que Hamas acusa al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de añadir nuevas condiciones, como el mantenimiento del control sobre el Corredor de Filadelfia, lo que podría obstaculizar un posible alto el fuego.
En un intento por mantener la estabilidad en la región, Estados Unidos ha expresado un moderado optimismo tras la cumbre en Doha, aunque consciente de los peligros que representa un posible conflicto en el norte, con la creciente amenaza de un ataque por parte de Irán y Hizbulá. Sin embargo, Hamas ha dejado claro que cualquier acuerdo de tregua debe incluir una retirada completa de Gaza y un intercambio gradual de rehenes, elementos que complican aún más las negociaciones.
Mientras tanto, la situación en Gaza sigue siendo crítica. El Ejército israelí ha intensificado sus operaciones en la región de Rafah, mientras que Hamas asegura haber infligido bajas significativas en las filas israelíes. Con un número creciente de víctimas civiles y la liberación de rehenes aún pendiente, la posibilidad de alcanzar un acuerdo duradero sigue siendo incierta.
