Los restos mortales del papa emérito, Benedicto XVI, fueron colocados este jueves en la cripta de la basílica de San Pedro del Vaticano en la que hasta 2011 fue la tumba de San Juan Pablo II, al final de los cinco días de exequias públicas.
De acuerdo a la tradición, el cuerpo del papa Alemán fue colocado en un féretro triple: uno en madera de ciprés, que se introdujo en uno segundo de zinc y este a su vez sellado y revestido en uno tercero en olmo barnizado.
Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede señaló “la liturgia, grosso modo, calca el modelo de exequias de un sumo pontífice. La base es esa, con algunos elementos particulares que dan originalidad al rito y otros que faltan por ser propios al pontífice reinante”.
Por su parte y durante la homilía, el papa Francisco señaló: “Queremos seguir sus huellas…que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida”