La presa de Valle de Bravo, uno de los principales embalses que abastece al Sistema Cutzamala, podría alcanzar un llenado del 90% en los próximos meses de 2025, según estimaciones del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El investigador Jorge Ramírez Zierold indicó que este avance se debe principalmente a las lluvias registradas en la temporada y a la disminución de la sequía en el estado de Michoacán.
De acuerdo con datos del 7 de agosto, el almacenamiento de la presa se encontraba en 75.86%, cifra superior al 69.70% registrado en la misma fecha de junio. Esta tendencia refleja un incremento sostenido desde inicios de año, después de que en 2024 el embalse reportara niveles mínimos históricos.
Durante un recorrido reciente, se constató que el nivel del agua ha aumentado visiblemente, ofreciendo un paisaje renovado que ha sido bien recibido por residentes y prestadores de servicios turísticos. “Nada que ver con el año pasado, se ve más viva y con mucha más agua”, comentó uno de ellos.

El especialista de la UNAM explicó que la menor extracción de agua también ha favorecido la recuperación. Actualmente, se extraen en promedio 6.45 metros cúbicos por segundo, una cantidad que considera equilibrada para mantener el llenado. Entre diciembre de 2024 y mayo de 2025, el promedio fue ligeramente superior, con 6.90 metros cúbicos por segundo.
El embalse no solo representa una reserva estratégica para el abastecimiento de agua, sino también un atractivo turístico. La imagen actual, con el agua cubriendo gran parte de su superficie, contrasta con la situación crítica vivida el año anterior.
En comparación, otras presas de la región presentan menores niveles. Villa Victoria, en el Estado de México, registraba hasta el 7 de agosto un 51.68% de llenado, con una extracción promedio de 1.44 metros cúbicos por segundo. Por su parte, la presa El Bosque, en Michoacán, alcanzaba el 51.02%, con una extracción de 7.8 metros cúbicos por segundo.
Las autoridades y especialistas esperan que, de continuar las lluvias por arriba del promedio y mantener un manejo controlado de las extracciones, Valle de Bravo cierre el año con uno de sus mejores niveles en la última década.