Con una inversión de 1 millón 819 mil pesos, el Programa de Mejoramiento de Vivienda para el Bienestar concluyó su primera etapa del año, beneficiando a 45 mil 476 familias en 10 municipios del oriente del Estado de México, una de las zonas más pobladas del país. Este programa, impulsado por el gobierno federal, busca reducir el rezago social y mejorar las condiciones de vida de quienes más lo necesitan, priorizando a grupos vulnerables como mujeres jefas de familia, adultos mayores, personas con discapacidad y comunidades indígenas.
Cada familia recibió un apoyo económico de 40 mil pesos, entregado directamente a través de una tarjeta del Banco del Bienestar, sin intermediarios. Los beneficiarios tienen la libertad de decidir cómo utilizar estos recursos, ya sea para reparar, ampliar o mejorar sus hogares. Además, la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) brinda asistencia técnica mediante asambleas informativas, donde se ofrecen recomendaciones sobre técnicas de construcción y optimización de los recursos.
La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó las asambleas de entrega en ocho municipios mexiquenses, destacando el compromiso del gobierno con el bienestar de las familias más desprotegidas. “Este programa no solo mejora viviendas, sino que transforma vidas”, afirmó durante uno de los eventos. La segunda etapa del programa ya está en marcha, con el objetivo de alcanzar a 52 mil personas más, sumando un total de 97 mil 500 hogares beneficiados. Este esfuerzo forma parte de la estrategia de la Cuarta Transformación, que bajo el lema “Por el bien de todos, primero los pobres”, busca garantizar un mayor bienestar para las familias mexicanas.
El programa también se distingue por su enfoque inclusivo y de confianza hacia los beneficiarios. Al priorizar a quienes ganan menos de dos salarios mínimos y no tienen acceso a créditos de Infonavit o Fovissste, se asegura de que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan. Además, las asambleas informativas no solo brindan herramientas técnicas, sino que también fomentan la participación comunitaria y el empoderamiento de las familias para tomar decisiones sobre sus hogares. Con esta iniciativa, el Gobierno de México reafirma su compromiso de construir un país más justo y equitativo, donde todas las familias tengan acceso a una vivienda digna y segura.