Bitácora del Poder por Naim Libien Abouzaid
“Un político pobre, es un pobre político” es una frase que durante años describió con precisión la política mexiquense. En los tiempos dorados del PRI, veíamos a funcionarios llegar sin un peso y salir multimillonarios. Hoy, con Morena como fuerza dominante, algunos intentan revivir ese dicho para golpear políticamente. Sin embargo, el contexto es distinto y el país, aunque lentamente, está cambiando.
Este verano, las redes y los medios nacionales pusieron la lupa sobre políticos de Morena. Ricardo Monreal fue visto en Madrid, los Yuens en Italia y Andrés Manuel López Beltrán en Tokio. Las imágenes circularon rápido y la oposición aprovechó para hablar de “gastos excesivos”. El problema es que esta narrativa solo impacta a un sector reducido de la sociedad, mientras que la mayoría sigue preocupada por temas más urgentes: seguridad, empleo, salud y economía familiar.
El PRI y el PAN, las dos fuerzas históricamente rivales de Morena, parecen más interesados en exhibir boletos de avión que en ofrecer soluciones. Alito Moreno —a quien muchos llaman “el sepulturero del PRI”— pronto se quedará sin plurinominales, uno de los incentivos más fuertes para mantenerse en la dirigencia. En el PAN, Jorge Romero Herrera enfrenta la realidad de que su “derecha buena onda” no conecta con la gente. Si no renuevan su base y su discurso, 2027 podría sellar su desaparición.
Hacia un partido hegemónico
La realidad es que Morena lleva más tiempo en territorio, escuchando y conectando con la ciudadanía. En democracia, varias fuerzas políticas son necesarias para equilibrar el poder. Pero si la oposición no deja de perder tiempo en atacar viajes y comidas, y no pisa las calles para reconectar con la gente, el camino hacia un país con un solo partido será inevitable.
A los mexicanos nos importan los resultados. Si Claudia Sheinbaum logra mejorar la seguridad y dar certidumbre económica, el voto ciudadano respaldará esa gestión. El reto para PRI y PAN es gobernar bien en los estados que controlan y demostrar con hechos que hay alternativas reales.
Reforma electoral en puerta
Como si fuera poco, la próxima reforma electoral podría cambiar las reglas del juego: eliminación de plurinominales, menos recursos a partidos y nuevos mecanismos de financiamiento, entre muchas otras cosas. Una reforma que abordaremos próximamente por la relevancia que tomará. Una segunda oportunidad para rediseñar el sistema político está por llegar. La pregunta es si los partidos sabrán adaptarse o quedarán atrapados en pleitos mediáticos sin impacto en la vida de los ciudadanos.
La política mexicana necesita elevar la conversación. Seguir centrados en chismes y viajes es desperdiciar tiempo y espacio en una coyuntura que exige planes sólidos, resultados palpables y una visión de país. La oposición debe decidir si quiere seguir siendo espectadora o volver a ser protagonista.
Que el resto del país tome nota.