La industria de la moda ha experimentado una transformación significativa en los últimos años en cuanto al uso de pieles de animales. La creciente conciencia sobre el bienestar animal ha llevado a un notable descenso en el uso de este tipo de materiales, con una disminución del 85% en su uso desde 2015. Según datos de la organización Fur Free Alliance, la producción global de pieles cayó un 40% en 2023 en comparación con el año anterior. Este cambio ha sido especialmente notorio en la Unión Europea, donde el número de granjas de pieles se redujo drásticamente de 4350 en 2018 a solo 1088 en 2023. Incluso en China, el mayor productor mundial de pieles, la producción ha disminuido a la mitad desde 2022, lo que indica un cambio global hacia prácticas más éticas en la moda.
Las grandes marcas de moda también están respondiendo a este cambio. Más de 1.600 marcas, incluidas algunas de lujo como Gucci y Armani, han decidido eliminar las pieles de sus colecciones, impulsadas por un creciente interés por productos éticos y sostenibles. Esta tendencia ha sido impulsada por el aumento de la concientización de los consumidores sobre las realidades detrás del comercio de pieles, que a menudo involucra condiciones de vida crueles y muertes dolorosas para los animales. Sin embargo, la lucha contra el comercio de pieles aún no está ganada, ya que millones de animales siguen siendo víctimas de esta industria cada año.
A pesar de los avances, los esfuerzos para erradicar el uso de pieles de animales no se detienen. Los proyectos de ley que buscan prohibir o restringir la producción de pieles basados en el bienestar animal están avanzando en varias partes del mundo, incluyendo la Unión Europea, que está considerando medidas más estrictas para limitar este tipo de comercio. Las campañas de concientización continúan desempeñando un papel crucial en la educación del público sobre la crueldad del comercio de pieles, y las alternativas sostenibles siguen ganando terreno en la moda.
Aunque se han logrado avances, la industria de la moda debe seguir adaptándose para garantizar que los derechos de los animales sean respetados y que las alternativas éticas sean la norma. La inclusión de estos valores en el diseño y la producción de prendas de vestir no solo refleja una tendencia, sino una necesidad de cambio hacia una moda más responsable y humana.