En una sesión marcada por los gritos, la confrontación y las acusaciones cruzadas, el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, rompió el silencio y se defendió en tribuna de los señalamientos que lo vinculan con el narcotráfico. Rechazó las acusaciones calificándolas de calumnias sin sustento y aseguró que, si una autoridad judicial lo cita, acudirá sin escudarse en el fuero.
“Se me acusa sin fundamento… a mí no me asusta ni me da vergüenza. Estoy a disposición de cualquier autoridad”, dijo el exsecretario de Gobernación, al encarar de frente a la oposición que exigía su salida de la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
Las tensiones estallaron tras una propuesta de la senadora panista Lilly Téllez para que López Hernández renunciara, misma que fue rechazada por la mayoría oficialista. “Usted debería salir esposado de este recinto”, lanzó la legisladora. En respuesta, el tabasqueño citó al expresidente López Obrador: “Cuando la calumnia no mancha, tizna”, y añadió con ironía: “Todas sus tiznaderas me tienen sin cuidado”.
López Hernández defendió su gestión en Tabasco y negó haber nombrado desde el inicio a Hernán Bermúdez como secretario de Seguridad, en alusión a acusaciones que lo vinculan con el crimen organizado. “No hubo indicios ni sospechas en mi gobierno. Hicimos un trabajo colegiado en materia de seguridad”, afirmó, mostrando cifras sobre la reducción de la violencia en la entidad.
El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, lo llamó “narcopolítico” y acusó al gobierno de Morena de tener pactos con el crimen. López replicó: “Lo suyo es el lodazal, el estercolero”, y cuestionó si Alito estaría dispuesto a comparecer ante la Fiscalía de Campeche. El priista evadió.
Legisladores de Morena, como Gerardo Fernández Noroña y Leonel Godoy, salieron en defensa del coordinador morenista. La sesión se tornó caótica, entre insultos, gritos y descalificaciones, reflejo de un Senado cada vez más polarizado.