El gobierno mexicano está ultimando los detalles de una nueva herramienta digital que permitirá a los migrantes alertar rápidamente a las autoridades consulares y a sus familias en caso de una detención inminente en Estados Unidos. Este sistema, conocido como “botón de pánico”, estará disponible a partir de enero y funcionará a través de una aplicación en teléfonos móviles. De acuerdo con el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, la función principal de esta herramienta es permitir una reacción inmediata ante situaciones de emergencia relacionadas con las deportaciones masivas que se prevé ocurran bajo la próxima administración de Estados Unidos.
La medida se enmarca dentro de una serie de acciones que incluyen el fortalecimiento del apoyo legal para migrantes. Este apoyo, que ya está operativo, ofrece asesoría sobre los derechos de los migrantes, especialmente en situaciones de redadas o arrestos. Además, se habilitó una línea telefónica disponible las 24 horas del día para resolver dudas sobre los procedimientos legales y las mejores prácticas a seguir ante cualquier acción de las autoridades estadounidenses. El canciller mexicano destacó que estas acciones marcarán una diferencia significativa en comparación con los esfuerzos realizados durante la administración de Donald Trump, cuando las organizaciones civiles fueron las principales responsables de brindar asistencia a los migrantes.
Además de la implementación de estos recursos, los consulados mexicanos en Estados Unidos, que suman un total de 53, tienen protocolos locales de acción y han establecido redes con diversas organizaciones de apoyo, como albergues, iglesias y grupos de salud. A través de un “observatorio”, el gobierno mexicano vigilará el cumplimiento de los derechos de los migrantes y estará presente en los centros de detención para garantizar que se respeten los debidos procesos.
Por otro lado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, recalcó la disposición del gobierno para apoyar a los migrantes deportados y, en caso de ser necesario, colaborar con Estados Unidos en la repatriación de migrantes de otras nacionalidades.