Un grupo de aproximadamente 300 normalistas de Ayotzinapa atacó ayer las instalaciones del Congreso del Estado de Guerrero para protestar contra la investigación federal sobre la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala el 26 de septiembre de 2014. Los jóvenes llegaron en siete autobuses y comenzaron su protesta alrededor de las 11 de la mañana.
El ataque incluyó el incendio de la caseta de vigilancia con gasolina y una bomba molotov, así como la colocación de colchones y colchonetas rociados con gasolina en la entrada principal del edificio, los cuales también incendiaron. A pesar de su esfuerzo, los normalistas no lograron romper las ventanas blindadas del Congreso. Utilizaron petardos y bombas molotov, causando daños en algunas oficinas. No se reportaron heridos ya que en el momento del ataque no había diputados presentes, solo personal de seguridad.
El grupo también realizó un mitin en el estacionamiento del Congreso, expresando su descontento con los recortes al presupuesto de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y acusando al gobierno federal de usar la investigación del caso como una distracción del mal manejo de la pandemia de COVID-19. Aseguraron que la identificación de algunos restos no implica la muerte de todos los estudiantes desaparecidos y prometieron continuar con la búsqueda.
El gobernador Héctor Astudillo Flores condenó el ataque y pidió a los normalistas que mantengan la apertura al diálogo y actúen dentro del marco legal. Reiteró el compromiso del gobierno federal con la investigación y el deseo de justicia.
Carlos Martín Beristain del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) comentó que la verdad sobre el caso de los 43 normalistas se conocerá cuando quienes tienen conocimiento del caso superen su temor a hablar, y destacó la necesidad de voluntad política para alcanzar esta verdad.