Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió el dictamen oficial por los casos que se le siguen por posesión ilegal de armas, en los tres que se le imputan fue declarado culpable, dos de estos casos podrían significar penas de prisión de hasta 10 años. La declaratoria surgió tras dos días de deliberación donde el jurado analizó y validó las pruebas expuestas, por lo que esta es la primera vez que el hijo de un presidente en funciones es declarado culpable de algún delito.
Cabe señalar que cada uno de estos casos se enmarca en el contexto de delito grave por lo que en sumatoria podrían significar la cárcel por hasta 25 años para el hijo del mandatario, por lo que la defensa analiza las vías alternas que podrían abordar, aunque se prevé que las penas podrían ser lo menos severas.
Para Hunter Biden significan tres distintos aspectos que en sumatoria refieren un caso complejo para la defensa que trató de contener lo más posible la escalada legal, sin embargo la fiscalía tuvo siempre un caso sólido, donde el primer cargo es por hacer una declaración falsa para la adquisición de un arma de fuego, el segundo por hacer una declaración falsa para obtener el arma en los registros y el tercero es por posesión ilegal de un arma de fuego.
Tres cargos por una sola arma mal adquirida, revólver Colt Cobra Special, que compró en una tienda de armas de Delaware en octubre de 2018, mismo que conservó durante unos 11 días, lo que para el jurado fue suficiente, aunque al parecer no sencillo, para el dictamen final.
Todo gira en torno a la primera declaración del acusado, quien declaró falsamente que no era un “usuario ilegal ni adicto a ningún narcótico estimulante”, cuando en realidad no es así, de hecho el propio Hunter Biden declaró que durante aquel tiempo transitaba por una “adicción total” al crack.
El caso contra Biden comenzó con el hallazgo de esta arma en un contenedor de basura ubicado en la localidad de Greenville, estado de Delaware, lo que eventualmente condujo al propietario que hoy enfrenta la posibilidad de cárcel, en un caso inusitado para la justicia americana.